“MATRIS CORDE” DE TANIA GONZÁLEZ GÓMEZ – OCTUBRE 2021 – ESPACIO GÁRGOLA

V VERSION PUERTAS ABIERTAS ARTISTAS YUNGAY

OCTUBRE 2021

LO CRUDO Y LO VIVO

Nos encontramos en la disputa de la posesión de los cuerpos y la memoria… una trama esencial de la historia. El contacto con el cuerpo vivo y al tacto de su muerte, es un gesto ancestral, como el de nuestras abuelas tirando del cogote a una gallina. Matris Corde, obra reciente de Tania González, nos remite a la biopolítica, el género, el cuerpo y la sociedad. La taxidermia es un lenguaje que la artista actualiza, para hablar de lo crudo y lo tangible, mete las manos en el cuerpo para extraer imágenes reales, desde cuerpos carentes de vida.

En su obra posterior, Corde (2021), utiliza los vaciados del corazón de una zorra, en representación del feminicidio y la herida ancestral que ha marcado y desaparecido cuerpos femeninos bajo el régimen histórico del patriarcado, siendo relegados a una matriz y material disponible. Los cimientos culturales de la sociedad occidental; concretamente las imágenes, el arte, el comportamiento y los códigos de los individuos, encarnan el machismo vertical y acérrimo en la memoria colectiva. La figura de un pato cayendo hacia la tierra, como Zeus hecho cisne cayendo en picada a depredar a Leda, con su voluntad impune, es una realidad presente aquí y ahora, un relato fundador de la sociedad eurocentrista colonizadora, que en su hipocresía brilla. No todo lo que muere deja de hablar, el pálpito y el testimonio, van más allá de la materia.

Trabajar el cuerpo, como lo hicieron las ancestras latinoamericanas, es un gesto persistente que se ha vaciado por distancia; consecuencia de la productividad, la colonización, el capital y la censura de lo etiquetado como profano… el inmanente y prohibido ocultismo y la raíz mística. A través del objeto de arte se vuelve a dotar de sentido esta acción de acariciar el cuerpo post mortem… sacarle la última presencia de vida que le queda, para develar un significado colectivo de la crudeza.

Somos terreno sacrificial, usurpable, fértil y profanable. Siendo mujeres pasamos por nuestra historia y presente políticos, como en un ritual de reconocimiento entre unas y otras; nuestras vísceras y corazones son el talante, la mancha y el crimen… toma tu corazón y apriétalo mientras chorrea, ya no es matris para nadie, ni para el patriarcado ni para la impunidad, es tu pálpito vivo y único que te pertenece y resuena eternamente.

Fernanda Yévenez

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