Más allá de la fachada: los relieves de Yungay Muestra de un proceso en curso
Esta exposición corresponde a la primera fase de una investigación artística que desarrollo en el Barrio Yungay. Me concentro en las fachadas de sus casas patrimoniales y en los paisajes observados en mi recorrido cotidiano por el barrio.
Mi metodología se sustenta en la contemplación, y el registro in-situ, mediante fotografías y croquis, de edificaciones que llaman mi atención. Después consulto escritos académicos sobre la arquitectura local, publicados por universidades y otras instituciones chilenas. En el taller voy concretando mi trabajo creativo. Sobre papelógrafos de gran formato, dibujo a carbón o crayones algunas de las fachadas que he fotografiado.
Los pliegos, lejos de ser un trabajo terminado, forman parte de mis ejercicios realizados para comprender los relieves, las sombras y luces del Barrio Yungay. No exhibo reproducciones exactas, sino representaciones con evocaciones a las fachadas locales. Este método nace de un deseo de apropiarme, con mis manos y mis sentidos, de las formas y volúmenes de esta emblemática zona de la ciudad. Trazando con el lápiz, busco comprender mejor Yungay y acercarme a su magia para llevarla a otros lugares.
El eclecticismo en este barrio no es solo una mezcolanza de estilos foráneos en su arquitectura. Diría más bien, que esta estética se instala -desde sus inicios en el siglo XIX- en un entramado social complejo, cuya complejidad aumenta en el siglo XXI, al dar cabida a un amplio espectro de los estilos de vida contemporáneos. En el Barrio Yungay actual habitan personas de diversas nacionalidades, identidades étnicas o de género, filiaciones políticas y religiosas, oficios, profesiones y poder adquisitivo.
Me veo frente a un escenario extenso y difícil de abarcar desde una aproximación únicamente visual. Determinar la esencia de la naturaleza del barrio me ha significado un continuo desafío. Sin embargo, ser llamada “vecina” y sentirme parte del entorno, se está convirtiendo en algo mucho más valioso que cualquier ejercicio artístico, y está siendo para mí una experiencia profunda y transformadora. Este sentimiento creciente me lleva a pensar en lo ecléctico como una metáfora que traslada el concepto estético a los matices humanos de sus habitantes, enriqueciendo la cultura y ampliando las posibilidades de manifestarla.
En la medida en que me sumerjo en este entorno, me voy sintiendo parte del espesor profundo que transmiten sus formas externas. Me dejo contagiar, de manera integral, por un movimiento constante, generador de nuevas experiencias, como si en mi pasar transitorio por estas calles y entre su gente, me empezara a reconocer también ecléctica.
Valentina López – Octubre de 2024