Exposición “Sembrar la matriz” de Paula Coñoepan en Galería Hifas

Sembrar la matriz 

Una semilla que cayó por casualidad en una porción de tierra creció hasta convertirse en planta. De esa mata brotó un fruto rojo, alargado y puntiagudo, similar a un cuerno. Un fruto picante y ligeramente dulce: era ají cacho de cabra. 

Una frase escuchada al pasar se instaló en la memoria de una niña. A medida que ella crecía, la frase también lo hacía, hasta echar raíces y asentarse como verdad. De esa verdad surgieron creencias que se estiraron, se espigaron, ocuparon espacio, modificaron el cuerpo, la vestimenta y el comportamiento de ella, afectando así su forma de desenvolverse en el mundo. La creencia dio un fruto que también ardía: un estereotipo. 

El trabajo de Paula Coñoepan, quien nos presenta Sembrar la matriz, está estrechamente vinculado al cuerpo —a su propio cuerpo, para ser exactas— y a las experiencias que lo atraviesan desde lo biográfico, territorial y familiar. 

Aquí, el cuerpo no se representa: se activa, se expone, se transforma. El ají cacho de cabra funciona como agente conceptual y material de ese proceso. El fruto deshidratado, aplanado e hilvanado da forma al traje que Paula viste. Da forma a esa cáscara que recubre su piel, irritándola, incomodándola, amoldándola. La potencia alérgena y abrasiva del ají en un vestido —prenda históricamente asociada a lo femenino— afecta al cuerpo hasta arrinconarlo en el ardor, en la incomodidad del estereotipo, en la encarnación de mandatos sociales, culturales y patriarcales. 

Coñoepan no sólo viste la prenda, como vemos en las fotografías impresas a escala de su propio cuerpo, sino que carga sobre sus hombros una trenza de 9 kilos de ají cacho de cabra. La traslada desde la fuente de agua de la Universidad de Antioquia hasta el museo de la misma institución, en Medellín. Camina descalza por tierra extranjera, cargando a cuestas el fruto nacido en su propio territorio, la herencia familiar, el ají que históricamente las comunidades mapuches han cultivado, ahumado y molido para convertirlo en merkén. Lleva consigo esa herencia al espacio expositivo. 

Paula traza un recorrido donde el cuerpo deviene herramienta crítica, y la práctica artística se inscribe como gesto político. Sembrar la matriz, entonces, es una acción: cultivar, desde el cuerpo, una memoria que incomoda, arde y permanece. 

Esta exposición se enmarca en una colaboración entre el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile y la Galería Hifas, que busca integrar los espacios de difusión y exhibición de arte contemporáneo con el entorno barrial, fortaleciendo así el vínculo entre la sede de Quinta Normal, la galería y la comunidad. En esta primera edición, invitamos a participar a Paula Coñoepan, artista, docente del Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile y vecina del barrio Yungay.

Sitio desarrollado por Estudio Ajolote