II CICLO DE EXPOSICIONES ARTISTAS YUNGAY
ABRIL 2023
Aunque parezca paradójico, la vida imita al arte mucho más que el arte imita a la vida. Así afirmaba Oscar Wilde la íntima relación que se produce entre el ejercicio del arte y la existencia humana. El intento de retratar lo íntimamente humano como sus afectos, su emotividad, sus cosmovisiones o el sentido de esta existencia por medio de la creación y, en este caso, la creadora Valeria Merino, es la fibra de esta exposición, donde la artista apuesta por una recomposición del instante entendida esta acción como una forma de dar cuenta de ese espacio de la realidad que amerita contemplación y memoria.
Ésta recomposición de los instantes que propone la artista visual aborda una completa carta cromática que se revela en la exposición de un juego colorido transversal en su obra, dotando a su creación de un lenguaje que permite un fácil acercamiento hacia ella como un primer ejercicio de diálogo entre esta obra y su audiencia.
Toda interacción se facilita aún más considerando la diversidad material de sus creaciones que abordan distintos dispositivos de soporte, abarcando desde elementos más comunes de expresión plástica, como la tela o el óleo hasta el arte parietal, parte esencial de su impronta, que se revela en sus series de mosaicos, murales o instalaciones, piezas de alta visibilidad expuestas en distintos espacios de la ciudad.
Hay en esto un elemento lúdico, un querer experimentar la creación desde la alegría, el juego y la compañía, tanto en la creación individual y sobre todo en la colaboración colectiva que acompañan su obra.
Valeria no sólo indaga en las distintas materialidades de una obra con fluidez técnica y expresiva, sino que, como plantea Wilde, hace del arte una imitación vital generando una propuesta visual que trasgrede las formas habituales de la expresión plástica dotando a su obra de un sentido por medio de tridimensionalidad y la interacción como experiencia estética.
La artista sobrepasa el plano canónico tan común en la obra visual que limita la obra a la galería, es decir a la academia y sus acólitos satelitales, generando piezas de arte que se constituyen un hablante del espacio público en comunicación con el agente de contemplación, porque, al fin y al cabo, la creación de Valeria representa , recrea o recompone, el sentido más íntimo de la humanidad, es decir su dimensión social, colectiva y pública.
Nos encontramos ante esta muestra que expone la diversa e intensa fuerza creadora de la autora, cuya obra dialoga con el visitante e invita a seguir indagando en ella, tal como una obra abierta, no finalizada en si misma sino que se sigue construyendo más allá de su visualización y más allá del espacio de exposición.
El oficio de esta obra y cada elemento que la constituyen celebran un momento de re-creación dotado cuya experiencia lúdica, sensorial, emotiva y reflexiva representa fielmente las palabra de Frida Khalo cuando expresa que “el arte más poderoso de la vida es hacer del dolor un talismán que cura, una mariposa que renace florecida en fiesta de colores”. Porque ya es tiempo de recomponer.
Cristian Condemarzo
Profesor de Filosofía, Escritor y Gestor Cultural